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El término de Biosca se encuentra documentado desde 1031. Entre los castillos que la condesa Sancha, madre del conde Ermengol IV, tenía el condado de Urgell hacia el 1067, figura el de Biosca, que formaba parte del término del castillo de Llor. En 1093 el castillo aparece en un testamento de Berenguer Brocard, que lo dejó a su hermano. El 1167 el conde Ermengol VII dio en testamento el castillo de Biosca a su hijo Ermengol. La castlania recaía en 1172 Ramón Bernat de Seró, siendo el castillo propiedad del Conde de Urgell. La familia emparentó con los Camporrells, que conservaron el señorío del lugar hasta 1709, cuando pasó a Delpàs. También fue de los Sacirera y los marqueses de Santa María de Barberá. En el siglo XIX Pasó a Iglesias.
Durante la Guerra Carlista, 1839, los liberales levantaron las fortificaciones del Castillo de Biosca y el enclave recuperó la importancia militar que había tenido antiguamente. También la cabecera fue sobrealzada el siglo XIX y se convirtió en una auténtica torre semicircular integrada a la moderna fortificación.
Cerca de ella están los restos de la antigua capilla del castillo, que estaba dedicada a Santa María, de estilo románico.
