El Parterre

Se accede por la Puerta de Felipe IV, frente al Casón del Buen Retiro, que se construyó para la entrada de Doña Mª Luisa de Orleans, primera esposa de Carlos II, cuando llegó a la capital en 1690; también por esta puerta entró la segunda esposa del mismo monarca: doña Mariana de Neoburgo. El Parterre fue parte de una reforma más ambiciosa realizada en los primeros años del siglo XVIII, durante el reinado de Felipe V, que no se llevó a efecto porque los monarcas estaban más interesados en los jardines del Real Sitio de la Granja.

La planta es perfectamente simétrica e imita la de una basílica. Fue reformado en tiempos de Isabel II, cuando se repoblaron los setos de boj y se diseñó la fuente de los Tritones, dentro de una gran concha de piedra caliza. Aquí vive el “ciprés calvo”, el árbol más antiguo de Madrid, del que se dice que tiene más de 400 años, y que es el hijo del árbol donde lloró Hernán Cortés tras el desastre de la Noche Triste, en México. Otra versión dice que en 1520, Cortés ganó la batalla de Otumba y entre los árboles destrozados había un ejemplar de esta especie, que se logró trasladar a España. Uno de sus retoños es el del Parterre. Sea como fuere, parece que el origen del árbol es mexicano. Este ciprés tiene la particularidad de que pese a ser una conífera, su hoja no es perenne y por ello pierde las hojas en invierno. Se libró de la tala indiscriminada a la que sometieron los franceses al arbolado del Retiro, tanto para obtener combustible como para tener una buena visión desde el Real Sitio durante la Guerra de la Independencia, porque colocaron un cañón sobre sus ramas; de éstas fueron tres las que perdió en una tormenta que se desató en septiembre de 2013.

Junto a este árbol, encontramos dos estanques simétricos de planta rectangular con semicírculos en los extremos cortos, construidos en 1712, durante el reinado de Felipe V, en el centro poseen un surtidor que se remata con una alcachofa.

En la parte de la derecha, hay un busto del pediatra Ángel Pulido, y enfrente, un busto del Dr. Benavente, también famoso pediatra y padre del famoso escritor. Precisamente, en el centro del Parterre, delante de la fuente de los Tritones, se alza el monumento en honor al premio Nobel de Literatura de 1922, Jacinto Benavente. En bronce, la alegoría del Teatro, con la máscara de la Comedia, sobre pedestal de granito, el perfil de Benavente rodeado de una corona de laurel. 

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Bibliografía, Créditos y menciones