Guissona

Los primeros pobladores de Guissona se establecen entre el bronce final y la 1a. edad de hierro, hacia el año 800 aC. aproximadamente. Levantan un pequeño poblado junto a un punto de agua, que ocupa lo que hoy son las fuentes y la plaza Vell Pla. Entre otras cosas, sabemos que no conocen la escritura, que sustituyen los enseres de bronce por herramientas de hierro por primera vez y que practican la incineración de cadáveres.

Teniendo en cuenta la investigación arqueológica actual, este pequeño pueblo parece no tener continuidad en época ibérica, a pesar de que no se descarta que existiera algún tipo de entidad. De todos modos, a finales de época ibérica sí que se tiene conocimiento de la existencia de algunos poblados alrededor de Guissona.

Fundación de la Ciudad Romana de IESSO

A finales del siglo II aC y principios del siglo I aC, se produce la fundación de la ciudad romana de IESSO. Una ciudad perfectamente organizada y estructurada con calles octogonales, con una muralla que protege el recinto urbano, con áreas de necrópolis y espacios públicos. Su economía se basa en la agricultura, a pesar de que todavía existen pequeñas manufacturas, como la cerámica y los telares domésticos.

 Esta ciudad tiene una duración muy larga ya que llega hasta el s. VI dC. A partir de esta fecha, transcurre un período poco conocido arqueológica  e históricamente, que se alarga hasta finales del s. XI. Es el período de enfrentamiento entre el mundo árabe y los condados feudales catalanes,  nuestra tierra pasa a ser “tierra de nadie”, y es donde se establece la frontera entre los dos mundos.

Del s. XI al s. XVIII ... la construcción de nuestra villa

La historia se retoma hacia el s. XI, concretamente entre los años 1010 y 1023, cuando nace un proceso de repoblación  por parte del condado de Urgell. Buscando  un punto estratégico y defensivo, se construye una torre de defensa o castillo en la actual plaza Capdevila, y a su alrededor se va levantando el pueblo. Guissona se establece como villa amurallada medieval.

Desde el siglo XI hasta el s. XIII, el señorío  de la villa de Guissona es compartido entre el obispo de Urgell y la familia Fluvià. De este doble señorío nace nuestro escudo donde se muestra el linaje de los Fluvià (las olas de agua) y el dominio del obispo (la cruz griega). A partir del s. XIII, este señorío pasa íntegramente a manos del obispo, hecho que explica la presencia de diversos palacio episcopales en nuestro pueblo. El último de estos palacios se construye aproximadamente en el siglo XVII y ocupaba el terreno donde actualmente hay la plaza del Bisbe Benlloch, el Ayuntamiento y el Centro Católico. Tenemos que destacar, también,  la obra de Fluvià, un palacio episcopal inacabado iniciado por el obispo Pere de Cardona con un estilo de transición de principios del s. XVI, obra que en nuestros días aún sigue inacabado.

Otra muestra de la importancia de este dominio religioso es la renovación que afecta a la iglesia parroquial. A finales del s. XVIII, la antigua iglesia románica consagrada en el s. XI se destruye y en su lugar se construye un templo de estilo neoclásico de unas dimensiones majestuosas que hoy todavía perdura. Destacaremos de ella el retablo de estilo barroco salomónico dedicado a la Virgen del Claustro.

Guissona, adelante

Guissona, definitivamente consolidada, empieza a crecer de manera notable, abriendo  las murallas para dar paso a los ravales y  a las urbanizaciones exteriores. El centro de la villa, que anteriormente estaba envuelto por las antiguas murallas, se mantiene cuidadosamente enlosado y dedicado exclusivamente al paso de peatones.

Actualmente, los continuos descubrimientos arqueológicos nos ayudan a conocer más aspectos de nuestro pasado y hacen más profundas las raíces de nuestro pueblo. Un pasado y un presente que queremos compartir con nuestros visitantes.

Fuentes y lavaderos Se conservan con todos sus elementos: los caños de llenar cántaros, los de lavar verduras, el pozo y los lavaderos para lavar la ropa.

 Portal del Ángel Desde el siglo XI al XV Guissona fue una villa amurallada con tres puertas de acceso, de las que sólo se ha podido conservar una. 

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Bibliografía, Créditos y menciones