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Siguiendo el camino que conduce al cementerio, y dejado éste a mano derecha, seguimos en línea recta cruzando la carretera LV-3113. Rodeando unas granjas y los restos de la capilla románica de Sant Romà, seguimos la pista que lleva al montículo donde se encuentra sepultado el pozo de hielo, en la parte superior de la Sierra de Rubiol. Dejad el coche junto a la señal explicativa del Pozo de Hielo y, dando la vuelta al montículo, encontraréis la puerta para acceder al interior. Os recomendamos que lo hagáis con precaución teniendo en cuenta que hay una altura considerable desde la puerta hasta el suelo del pozo. De 6,9 m. de diámetro y 7,3 m. de altura, fue recuperado el verano de 1996 y en la actualidad se conserva en muy buen estado.
Excavado sobre el terreno natural, el pozo se cubre con unos grandes sillares que cierran en una gran cúpula. El origen se situa en el s. XVII, cuando la industria del hielo toma importancia en todo Catalunya y se construye con la intención de proceder al almacenamiento de hielo y su comercialización. Llegadas las heladas, el hielo se producía de manera natural con el embalsamiento de agua en trozos de tierra próximos al pozo.
Debía ser tierra arcillosa, con mucha agua, por eso se construye en Rubiol, donde se cumplían estas condiciones. Una vez estaba el agua congelada, se arrancaban los témpanos de hielo y se transportaban al pozo en carro. Allí se colocaban formando capas, aislando el hielo de la pared del pozo con la interposición de paja o ramas. Lo llenaban por la apertura lateral y lo extraían por la apertura cenital. Había también una apertura inferior, por donde salía el agua de fusión, y una cabaña de pocero.