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El Monasterio de Santes Creus comienza su construcción en 1160. En el año 1158, los monjes consiguen la donación del paraje de Santes Creus, por parte de los señores de Montagut y de Albà, pero no es hasta el 1160 cuando se establecen definitivamente el lugar. Se encuentra en el municipio de Aiguamúrcia, comarca del Alt Camp, Tarragona.
El Real monasterio de Santes Creus forma parte, con el monasterio de Poblet y Real Monasterio de Santa María de Vallbona del conjunto de monasterios cistercienses que se establecieron en la Catalunya en la segunda mitad del siglo XII, con el fin de repoblar las tierras conquistadas por la Corona de Aragón a los musulmanes.
Los monasterios cistercienses tenían la costumbre de situarse en terrenos despoblados, aunque siempre cercanos a cauces de agua, donde los monjes se encargaban de convertir los campos en tierras fértiles. Fueron grandes investigadores en este campo, incluso se les conoce como grandes ingenieros agrónomos de la época.
El Monasterio de Santes Creus se corresponde a la más fiel estructura de los conjuntos arquitectónicos del Cister y se extiende como un rectángulo alargado en el que se sitúan todas las dependencias monacales, orientadas hacia el oeste.
Como consecuencia de la construcción del monasterio se crea un pueblo a su alrededor con el mismo nombre.
En siglo XIII dos abades dieron un fuerte impulso al monasterio, San Bernardo Calvó, consejero de Jaime I (1213-1276) y el abad Gener, gran amigo del rey Pedro III el Grande (1276-1285).
En el año 1300 las habitaciones abaciales se convierten en Palacio Real, por deseo expreso del rey Jaume II y su esposa Blanca de Anjou.
La iglesia dispone de órgano de música y pila bautismal.
Iglesia
Comenzó su construcción en 1174 y su consagración tuvo lugar en el 1211.
Esta iglesia es de las pocas de la península que conservan los vitrales de tipo cisterciense del siglo XIII. Mide 27 metros por 22 metros.
Claustro gótico
El claustro gótico fue comenzado en el año 1313 por el abad Pere Alegre en tiempos del rey Jaume II y se tardó bastante tiempo en construir. La obra no fue fácil, y menos aún teniendo en cuenta el papel que el claustro juega en la arquitectura cisterciense, ya que desde él debía poder accederse a las dependencias básicas de la abadía, que ya existían en los lados este y sur del monasterio.
Este claustro gótico reemplaza al anterior cisterciense, cuyo único vestigio que queda del mismo es el templete con la pila del lavatorio.
Claustro posterior
Es del siglo XVI, restaurado en el siglo XVII y también recientemente, mantiene una atmosfera de silencio y recogimiento.
Sala capitular
Es de planta casi cuadrada, de unos 12 metros de lado, de estructura románica.
Dormitorio
Se accede por una escalera situada en el lado este del claustro, donde encontramos el dormitorio de los monjes, una impresionante nave de 46 metros de longitud por 11 de anchura y 6 de altura. El dormitorio fue construido durante el último tercio del siglo XII. En el dormitorio en la actualidad se pueden escuchar conciertos de música en los meses de verano.
La biblioteca
La biblioteca, que en principio no estuvo en este lugar que ocupó en el siglo XVII, es una sala de 12 x 7,50 metros y conserva su pavimento de baldosillas de barro cocido.
El refectorio (comedor)
No se conserva mucho del refectorio que sustituyó al del siglo XIV. Es una sala amplia, del siglo XVIII.
Palacio Real
Se accede por el claustro posterior, y se sitúa al lado del refectorio. Se construyó en varias fases, iniciado por el rey Pedro III el Grande a finales del siglo XIII y continuadas por Jaime II y por Pedro IV, ya en la segunda mitad del siglo XIV. El de Pedro IV es el que está mejor conservado, y tiene elementos góticos, platerescos y renacentistas.
El scriptorium
Es la sala donde los monjes dedicaban el tiempo a copiar libros o manuscritos.
Otras estancias del monasterio
El monasterio dispone de prisión
Los restos de lo que fue la enfermería y la capilla de la Santísima Trinidad.
En uno de los muros exteriores recayente a la Plaza Mayor, podemos observar un reloj de sol.
Junto a la capilla de la Santísima Trinidad, encontramos los restos de otras dependencias del monasterio.
El monasterio fue abandonado el 1835, a pesar de que ya en el 1820 hubo la primera de las desamortizaciones, sus bienes fueron subastados, y el monasterio saqueado e incendiado.
El 1921 fue declarado monumento nacional.