- Actividades
- Periodo Histórico
- Comunidades
La ciudad de Zamora se encuentra en un emplazamiento importante estratégicamente hablando, al estar en un punto elevado, cerca del valle del rio Duero y también encontrándose en lugar de paso de la vía de la plata. De esta forma sus habitantes podían controlar la llegada de posibles invasores y las rutas comerciales.
Por ese motivo la ciudad de Zamora llego a contar hasta con tres recintos amurallados, lo que dio pie a recibir el sobre nombre de la bien cercada. En la actualidad solo se conservan algunos trazos de estas murallas, siendo el tramo mejor conservado el primero de los tres que fue construido en el siglo XI, en tiempos de Fernando I, rodea el casco histórico y el Castillo , fue edificada sobre otra anterior de época árabe. Es también la más importante de todos, delimitando el atolón en el que se asienta la ciudad.
La muralla sufre en diversas ocasiones modificaciones de trazado a lo largo de su historia, debido a los enfrentamientos en los que se encuentra envuelta la ciudad en su tiempo de existencia y como es lógico al crecimiento de la ciudad.
En la muralla se encuentran algunas de las puertas de acceso más singulares y cargadas de historia como:
Puerta de Doña Urraca, que corresponde a la segunda mitad del siglo XII.
Puerta del Obispo, Junto a la Casa del Cid
Puerta de Santa Clara
Puerta de San Pablo
Puerta de Santa Ana
Puerta de San Torcuato
Puerta del Mercadillo
Puerta Nueva
Destaca el denominado Portillo de la Lealtad constituido por un arco de medio punto y que previamente era conocido como Portillo de la Traición, por donde entró en la ciudad Bellido Dolfos, perseguido por el Cid, después de haber dado muerte al Rey Sancho II.
En la Plaza Mayor estaría la desaparecida Puerta Nueva de San Juan.
Con el paso de la Edad Media a la Edad Moderna pierda su funcionalidad defensiva, pero se conserva gracias a la representación que suponen los muros, de supremacía y fuerza. La última vez que cumple con sus fines defensivos es durante la Guerra de Independencia durante la cual fue reforzada para contener las embestidas del ejército galo.
Desde finales del siglo XIX y durante prácticamente la primera mitad del siglo XX la muralla es abandonada e incluso destruida para ganar suelo a la colina donde se asienta la ciudad.
En la actualidad forman parte del reclamo turístico de la ciudad.