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Necrópolis Visigoda de Colmenar Viejo

Necrópolis de inhumación de época visigoda, fechada entre los siglos VI y VII d.C., se descubrió en 1969 a consecuencia de los trabajos de reforma efectuados en la ermita

No tiene pérdida. Se halla a mano izquierda a 2 Km saliendo de Colmenar Viejo (Madrid) tomando la carretera de Guadalix de la Sierra, pasando la FAMET.

Descripción

El yacimiento de “Remedios”, que se incluye dentro de la Red de Yacimientos Visitables de la Comunidad de Madrid, debe su nombre a la ermita de Nuestra Señora de los Remedios, patrona de Colmenar Viejo, y lugar de culto tradicional y simbólico para los colmenareños.

La necrópolis de inhumación de época visigoda, fechada entre los siglos VI y VII d.C., se descubrió en 1969 a consecuencia de los trabajos de reforma efectuados en la ermita. Es posible que se trate de la necrópolis asociada a dos núcleos rurales cercanos, que permanecen sin excavar: Navalmojón, al norte y Los Villares, al sur. Las inhumaciones se relacionan con un edificio o santuario de culto, que ocuparía parte del emplazamiento que ocupa la actual ermita, bajo la cual es visible un enterramiento excavado en roca.

La tipología de las tumbas halladas es muy habitual en este tipo de necrópolis, pues se trata de enterramientos en cistas y también excavados en roca, con humildes ajuares (jarritas y anillos), que permiten fechar el hallazgo entre los siglos VI y VII d.C. y que adoptan un nuevo significado simbólico en las comunidades cristianas de la zona. El grupo que habitó el área de los Remedios es una población cristianas de características rurales, que conoció un fuerte impulso religioso en el siglo VII d.C., aunque la religión cristiana estaba plenamente asentada en la zona, como demuestra la presencia relativamente de los obispados de Segovia y Complutum, documentado éste desde 400 años después de Cristo. Pero es innegable el carácter sagrado del lugar desde fechas muy anteriores.

En cuanto a los rituales cristianos, se han ido superponiendo unos a otros desde época visigoda hasta la actualidad, ya que a partir de finales del siglo XVII, el santuario se convierte en lugar emblemático al adquirir protagonismo la advocación a Nuestra Señora de los Remedios, que a la postre devendrá en titular de la ermita y patrona de Colmenar Viejo.

Las últimas intervenciones arqueológicas en los alrededores de la ermita han aportado restos materiales cerámicos y líticos de época prehistórica, entre los que destacan un vaso campaniforme del Calcolítico o Edad del Cobre, unos 2000 años a.C. Pero el hallazgo más significativo, sin lugar a dudas es la necrópolis visigoda asociada al tempo que se levantó en el lugar en el que se edificó la actual ermita.

Se han desenterrado un máximo de 11 individuos: dos jóvenes (de hasta 19 años) y el resto adultos (19-34 años). Se han podido detectar 3 individuos de sexo masculino y uno femenino, siendo imposible distinguir el sexo de los restantes. La acidez del terreno y las plantaciones vegetales posteriores han dificultado el estudio de los cadáveres. Las patologías que sufrieron en vida son bastante habituales: artrosis, traumatismos, fracturas, defectos dentales tipo caries y otros síntomas asociados al déficit de nutrientes.

El ritual funerario de la inhumación se generalizó en la Península ya en época romana, durante el siglo III d.C. Los cuerpos se depositaron en los enterramientos de la necrópolis de los Remedios en posición de decúbito supino (posición anatómica del cuerpo humano que se caracteriza por la posición corporal acostado boca arriba), envueltos en un sudario, aunque en otras ocasiones eran introducidos en un ataúd o en parihuelas. Como era lo normal en los enterramientos cristianos, se orientaron las sepulturas de oeste a este, manteniendo la cabeza hacia occidente.

Generalmente, en las sepulturas de los Remedios se han encontrado inhumaciones dobles, con la excepción de una de ellas, que contuvo tres individuos, lo que hace sospechar de la existencia de una especie de panteón familiar. Las jarritas halladas en las inhumaciones parecen tener carácter simbólico, completándose con adornos personales como anillos.

Las sepulturas visibles dejan pequeños espacios entre ellas, a modo de deambulatorios dentro del recinto funerario. Los enterramientos son de planta trapezoidal, y aprovechan la roca de gneis como base, levantando sus alzados laterales a base de piedra y mampostería irregular, a veces con enlucido de cal. Se cubrieron con una, dos o tres losas horizontales.

necropolis visigoda colmenar viejo 3.jpg necropolis visigoda colmenar viejo 3.jpg

Bibliografía, Créditos y menciones

Texto y fotografías propiedad de Diego Salvador Conejo

Geolocalización:

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