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San Juan de los Reyes

Monasterio de San Juan de los Reyes, pertenece a la Orden Franciscana fue construido por orden de Isabel la Católica, en conmemoración de la Batalla de Toro.

¿De dónde proviene el origen del águila en el escudo de España? La reina Isabel la Católica, y su familia, los Trastámara, eran muy devotos de San Juan el Evangelista, de ahí que incluyeran el águila en su escudo. Éste, también es el motivo de la advocación del monasterio del que hablaremos a continuación.

Estamos ante un cenobio franciscano, cuya idea original era la de Panteón Real, y que la soberana mandó construir para conmemorar la batalla de Toro y el nacimiento de su hijo Juan. Lo cierto es, que se convirtió en el instrumento perfecto de propaganda del programa político de los Reyes Católicos, ya que en él se ve una iconografía propia de los monarcas, como veremos más adelante.

Antes de meternos en materia, recordar que la batalla de Toro (1476) se encuadra dentro de la guerra de sucesión castellana y que enfrentó a los ejércitos portugueses contra los castellanos. Los primeros apoyaban a Juana la Beltraneja, hija de Enrique IV y Juana de Portugal, y los castellanos a Isabel, hermana de Enrique. La victoria final fue para Fernando y con ella aseguró la corona castellana en la cabeza de su esposa Isabel.

El monasterio fue encargado a Juan Guas y la decoración del claustro y la iglesia, a Egas Cueman, de origen flamenco, ambos maestros mezclaron la corriente artística presente en Europa en aquellos años: el gótico y lo que les rodeaba en la ciudad: los motivos islámicos y mudéjares, además de la iconografía propia de los reyes: el águila, el yugo, el haz de flechas y las iniciales de sus nombres: I y F; creando un estilo artístico propio de España: el gótico isabelino. Su construcción se extendió en casi cincuenta años (1477- 1526) y fue terminado bajo el reinado de Carlos V. A Guas le sucedió Simón de Colonia y a Egas, sus hijos Antón y Enrique.

Desde el exterior, lo primero que llama nuestra atención es el poderoso cimborrio octogonal, que cobijaría los enterramientos de Isabel y Fernando. La luz de sus ocho vanos iluminarían el templo, pero por razones constructivas, hubo que cegar algunos, alternándolos con los abiertos.

En la fachada norte podemos ver la portada realizada en el siglo XVII por Covarrubias y en su muro, algunas de las cadenas que trajeron los prisioneros cristianos que se rescataron en las batallas de Málaga y Almería, se cree que debieron ocupar toda la superficie de la fachada.

En el interior, nos encontramos con una nave central muy amplia, rematada con una bóveda de crucería cuyos nervios se cruzan de manera transversal. Las capillas están entre los contrafuertes, correspondiendo cada cuerpo a dos capillas, haciendo un total de ocho. En la línea de imposta de las arcadas hay un texto que recorre toda la nave narrando la historia del templo. La cabecera es poligonal y lo suficientemente amplia como para que entre el enorme retablo que la decora. El crucero está alineado, es decir que no sobresale en planta, la tribuna está sostenida por grandes pilares. En toda la decoración está presente el yugo, el haz de flechas y las iniciales de los dos monarcas, además incluye la heráldica, con el escudo de los monarcas: el águila de San Juan con los leones y los castillos; la granada, se incluirá a partir de 1492, tras la conquista de la ciudad de Granada. También vemos motivos vegetales, animales y pequeños angelotes. A lo largo de los dos brazos del crucero, los escudos se separan con figuras de santos sobre los que hay doseletes, que repiten la estructura de los pináculos exteriores.

En origen tenía dos claustros, pero un incendio en el siglo XIX y el abandono del edificio a causa de las desamortizaciones, destruyó uno de ellos alterando su concepción inicial. El que queda, se comunica con la iglesia por medio de dos puertas ubicadas en su lado sur,  esta dividido en dos pisos, en el superior se abren veinte arcos conopiales (cinco por cada lado) y en el inferior otros tantos apuntados y decorados con una crestería que nos recuerda a las tracerías islámicas. Todos ellos están enmarcados por pilastras con columnillas adosadas que ascienden por los dos pisos y se rematan en pináculos, dando sensación de verticalidad al claustro. Los vanos centrales llevan águilas que sostienen el yugo y las flechas. Las gárgolas que sirven para aliviar de agua los tejados, son de una restauración de principios del XX. En el claustro bajo se conserva la sala capitular y la sacristía. Se accede al claustro alto por una escalera de cuatro tramos decorada por Cobarrubias. Está cubierto por un artesonado mudéjar donde vemos los motivos de los Reyes Católicos, y también el águila bicéfala de Carlos V, bajo cuyo reinado se finalizarían las obras del monasterio.

Finalmente, el templo no sirvió de panteón real, ya que el cabildo de Toledo sostuvo que la Catedral era más adecuada. Como sabemos, los restos de los Reyes Católicos  descansan en la catedral de Granada, junto a los de su hija Juana y el marido de ésta: Felipe de Habsburgo.

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Bibliografía, Créditos y menciones

Texto y fotografías propiedad de Vanessa Montesinos.

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