Atentado contra el general Prim

A media tarde-noche del 27 de diciembre de 1870, nieva en Madrid. Un rumor se extiende. Han atentado contra el general Prim en la calle del Turco,hoy Marqués de Cubas. Prim no está muerto, y con sus graves heridas a cuestas, llega a su residencia, el palacio de Buenavista, hoy día Cuartel General del Ejército.

Antes de ocurrir el atentado, ya se le había avisado al general de que tomase precauciones: anarquistas, republicanos, alfonsinos… cualquiera de ellos deseaba hacerle desaparecer. Debemos recordar su gran oposición a los Borbones había jurado en el discurso de "los tres jamases", que no volverían los Borbones a reinar en España.

Dos años después de haber finalizado el reinado de Isabel II y cuando regresaba del parlamento de acabar de conseguir la aprobación de las últimas propuestas relacionadas con la inminente llegada de Amadeo I de Saboya como rey de España.

Fue atacado en la confluencia de las calles del Turco y Alcalá, muy cerca de su residencia, en Madrid en ese momento caía una fuerte nevada. Los agresores habían colocado dos carruajes de caballos dificultando el paso. El cochero tuvo que detener la berlina y el coronel Moya que acompañaba al general se asomo para intentar solucionar el problema y descubrió a tres individuos que se acercaban armados con carabinas, avisando  al general del inminente atentado.  Recibieron tres disparos por el lado izquierdo y dos por el derecho del carruaje. Incluso un agresor llego a introducir dentro del carruaje el cañón del arma que portaba disparando sobre Prim, en este caso su ayudante Nandín trato de proteger al general interponiendo su brazo y como consecuencia le destrozaron la mano. El general se pudo salvar del atentado gracias a rápida intervención del conductor de la berlina, que maniobra rápidamente huyendo del lugar, al mismo tiempo que impide mas disparos sobre el general, por medio del látigo que utiliza contra los agresores.

Al llegar a su residencia el general subió por su propio pie la escalerilla del ministerio, apoyándose en la barandilla con la mano afectada. Cuando llegaron los médicos apreciaron los destrozos en los dedos de la mano derecha, de tal envergadura que fue preciso amputar de inmediato la primera falange del anular, quedando en peligro de amputación el índice. Aunque lo más preocupante eran las heridas que el general presentaba en el hombro izquierdo. Presentaba al menos ocho balas incrustadas. Los médicos lograron extraer al menos siete de las balas en una intervención que se prolongo hasta la madrugada.

El general fallece tres días más tarde. Aunque parece que las heridas no eran mortales de necesidad. La rumorología acusatoria se va extendiendo: han sido Paúl y Angulo diputados republicanos, el Duque de Montpensier, Antonio de Orleans, casado con la hermana de Isabel II, que codiciaba el trono español, el general Serrano… También existe la posibilidad de que detrás del atentado estuvieran los hombres de negocios con intereses en Cuba, que temían los cambios que podía introducir Prim en la política colonial. El esclavismo era un negocio lucrativo y Prim estaba en contra de esta práctica.

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En la calle del Turco le mataron a Prim, sentadito en su coche con la Guardia Civil

El romance de ciego falla en el último verso. Prim no iba escoltado por la Guardia Civil un malentendido con la escolta hizo que el general, se encontrase solo con su ayudante Nandín y el coronel Moya ante el atentado.

Con su asesinato se inició la trágica serie de jefes de gobierno español muertos en atentado terrorista. En total han sido cinco, pero algo distingue el primero de los demás. Nadie sabe quién mató a el general Prim pero si quién mató a Cánovas, Canalejas, Dato y Carrero Blanco. La investigación judicial duró cuatro años y finalmente concluyó con un “Todavía no se sabe quiénes son los culpables”.

Durante unas investigaciones realizadas en septiembre del año 2012 en su cadáver exhumado, demostrarían que Prim no murió directamente por las heridas del atentado: un surco desde la parte posterior del cuello, hallado por los expertos en el examen externo del cadáver momificado, fue definido como compatible con  lesiones externas por estrangulamiento a lazo. Según estos estudios forenses, a Prim alguien quería verle muerto, y bien muerto. Cuando se falló el primer intento, se le remató en su propia casa. Otros estudios realizados durante el año 2013 niegan esta posibilidad. 

Hoy en día la muerte del general Prim sigue siendo una gran incógnita. Sigue sin resolver las preguntas  ¿Quien asesino al general Prim?  Las heridas producidas por los disparos del atentado de la calle del Turco no eran mortales. ¿Cuál fue la causa real de su muerte? ¿Por qué no le acompaño su escolta habitual? ¿Quién mato al general Prim?. ¿Lo sabremos algún día?

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