Catedral de Zamora

La catedral de Zamora se construyó en el siglo XII, comenzándose las obras en 1151 y consagrándose el templo en 1174 durante el reinado de Alfonso VII. Fue  levantada sobre las ruinas de otra construcción más antigua y destaca por su sobriedad. Se encuentra ubicada en el punto más alto de la ciudad y está dedicada a El Salvador, imagen que aparece en la fachada Norte del templo. Parece ser que un sólo maestro, anónimo proyectó y dirigió su construcción.

La planta del templo es de cruz latina, con pilares que sostienen las bóvedas y con columnas adosadas de lisos capiteles. La cubierta de la nave central es ojival y las de las tres naves laterales se componen de bóvedas románicas de arista, siendo de desigual altura,  las naves estaban rematadas por tres ábsides que en la actualidad no existen. El atrio principal es neoclásico, añadido en el siglo XVIII. Como suele ser habitual sucesivas modificaciones han desvirtuado en gran medida su aspecto original.

Su famosa Cúpula de influencia bizantina, es una de las creaciones más original e influiría en el estilo constructivo de la Colegiata de Toro o la Catedral vieja de Salamanca. Un cimborrio construido a base de escamas de piedra y que la ha dado a conocer como La Perla del Duero. Al exterior, el tambor se completa con cuatro torrecillas cilíndricas rematadas con bóvedas bulbosas y cuenta con un tambor de 16 ventanas. Es el elemento más llamativo, bello y original del templo, y un verdadero símbolo de la ciudad.

La Puerta del Obispo está conformada por un juego de arcos de medio punto y lobulados, con algunos relieves de tipo románico. Sorprende por su ornamentación escultórica.

El campanario es una torre-fortaleza cuadrangular con tres pisos de ventanas y recto coronamiento. Las ventanas van aumentando en número según se asciende. Sus cincuenta metros de altura la convierten en una torre del homenaje, donde poder refugiarse el cabildo en caso de necesidad. Fue edificada  en el siglo XIII.  Hasta el terremoto de Lisboa de 1755 se uso como cárcel del Cabildo.

Los ábsides románicos originales fueron sustituidos por otros góticos a finales del siglo XV mientras que el claustro y la fachada septentrional, que es el acceso actual fueron reconstruidos en el siglo XVII debido al gran incendio que asoló el templo en 1591.

Destaca la magnífica talla del coro, que data del siglo XVI realizado por un equipo de escultores dirigidos por Mateo Alemán. La sillería sorprende por la abundancia de temas de carácter profano, escenas basadas en fábulas, proverbios, refranes, mitología y también de la vida cotidiana.

En el interior sobresalen la imagen de Nuestra Señora de la Majestad del siglo  XIII, El Cristo de las Injurias y las numerosas capillas.

Alberga un importante Museo Catedralicio cuya posesión más preciada es la colección de Tapices Flamencos de los siglos XV y XVI.

Declarada Monumento Nacional en el año 1889.

Bibliografía, Créditos y menciones