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El Palacio Sedeño o Palacio del Marqués de los Altares de la ciudad de Arévalo, está situado en la Calle de Santa María, en la esquina con la calle del Palacio Viejo, calle principal del casco de la ciudad. Este palacio de arquitectura castellana fue en su momento un edificio de dos plantas, según escritos de Cervera Vera. El Marqués de Altares fue su último propietario de ahí que se conozca también con ese nombre.
Este palacio es una edificación típica de la nobleza de la época y se compone de la torre, la fachada principal que es un ala del edificio y un patio central con dependencias alrededor, lo único que queda actualmente, ya que el estado del Palacio es ruinoso, estando en su interior casi todo derruido.
La Torre, de recios muros en forma rectangular tiene 18 m de altura y es la parte más antigua del Palacio.
Se construyó con cajones de mampostería, separados mediante rafas de ladrillos, y recuadrados en sus esquinas también con ladrillo. Tiene una bonita ventana con reja de estilo gótico a la que le faltan los huecos posteriores, obra del siglo XV. En su interior nos encontramos con un semisótano abovedado, con entrada de estilo mudéjar con forma cuadrada.
El patio que está porticado con columnas de piedra en tres de sus lados en su planta más baja poseía en su momento un gran jardín con pozo y huerta. Las fachadas del Palacio se construyeron con cajones de tapiales revocados con mortero de cal. La fachada principal tiene una puerta con arco de medio punto de ladrillos enfoscados colocándose con el tiempo el escudo de la familia. En la parte superior hay una cornisa labrada con dientes de sierra y arquillo, conservando en la actualidad un esgrafiado en bastante mal estado.
Por desgracia en los años 90 se destruyó casi totalmente el interior del Palacio, debido a una mala actuación en su momento. Ha tenido diferentes reformas en distintas épocas. Durante el siglo XVI se abrieron unos balcones a la fachada de estilo renacentista.
En el arreglo renacentista del siglo XVI se abren balcones en la fachada y se forma el patio de columnas de orden clásico adinteladas y sobre ellas un piso superior con la característica construcción de entramados de madera y ladrillos. Todo un ejemplo de arquitectura castellana.
Por el estado en que se encuentra sería necesario incluirlo en la Lista Roja del Patrimonio de Arévalo.
