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Entre el paseo de Recoletos y la calle de Serrano, junto a la plaza de Colón, se alza el majestuoso edificio de la Biblioteca Nacional. De estilo neoclásico y planta rectangular, su construcción comenzó en 1866. Por razones económicas las obras procedieron con lentitud y hubo modificaciones del proyecto original. En 1884 Antonio Ruiz de Salces sustituyó a Francisco Jareño y Alarcón en la dirección de las obras de construcción del nuevo edificio y concluyó en 1892, coincidiendo con el IV centenario del Descubrimiento de América y el 16 de marzo de 1896 se abrió al público.
Su estilo es neoclásico, siendo su planta rectangular, con cuatro grandes patios interiores. La fachada que da a la calle de Serrano presenta una portada con columnas dóricas en la entrada y una columnata jónica de la balconada en el piso superior.
Ha sufrido varias remodelaciones, la más importante entre los años 1968 y 1981cuando las tres plantas originales se convirtieron en cinco.
El edificio destaca por su amplia escalinata exterior y su fachada principal, con un pórtico de estilo corintio, de frontón rectangular rematado por unas esculturas del artista Agustín Querol que representan el Triunfo de las Letras, las Ciencias y las Artes.
La decoración no arquitectónica de la fachada se compone de seis estatuas y once medallones. En un primer plano encontramos las estatuas del rey Alfonso X el Sabio y la de San Isidoro, ambas de Alcoverro.
En un segundo plano, junto a las puertas, están, de izquierda a derecha, las de Antonio de Nebrija, de Nogué, la de Luis Vives, de Carbonell, la de Lope de Vega, de Fuxá y la de Miguel de Cervantes de Vancell.
Los once medallones, representan a los escritores : el padre Mariana, fray Luis de León, Quevedo, Calderón, Garcilaso, Diego Hurtado de Mendoza, Arias Montano, Santa Teresa de Jesús, Tirso de Molina, Nicolás Antonio y Antonio Agustín.
El frontón, se encuentra rematado por tres esculturas, una en cada extremo, representando el Genio (dcha.) y el Estudio (izqda.) y en el vértice la representación de España al lado del león que simboliza Castilla. La Paz se representa en el centro, y a sus pies, a la derecha, el genio de la Guerra rompiendo una espada, al que siguen las representaciones de las distintas artes y ciencias: la Elocuencia, la Poesía, la Música, la Arquitectura, la Pintura, la Escultura y la Filología junto con las de la Industria, el Comercio y la Agricultura. A la derecha de la Paz se encuentra la Filosofía a la que siguen la Jurisprudencia, la Historia, La Astronomía, la Etnografía y la Geografía junto con las de la Química, la Medicina y las Matemáticas. Fue realizado en mármol por Agustín Querol, y representa el triunfo de las artes, las ciencias y las letras, laborando al amparo de la paz. Las figuras del frontón coronan simbólicamente con el emblema de la sabiduría a todo aquel que sube por la escalinata y entra en el edificio de la Biblioteca.
La Biblioteca Nacional alberga, en su interior, un fondo bibliográfico de un valor incalculable, compuesto por libros incunables, grabados, partituras musicales, manuscritos, rarezas editoriales y multitud de documentación impresa. Al lado de este edificio se levanta la sede del Museo Arqueológico Nacional.
Historia de la Biblioteca
Felipe V funda la Biblioteca Real como Biblioteca Pública de Palacio en 1712. Por un privilegio real, precedente del actual depósito legal, los impresores debían depositar un ejemplar de los libros impresos en España. Durante el siglo XIX, con la desamortización y el auge de la bibliofilia, ingresaron en la BNE la mayoría de los libros antiguos y valiosos que posee la Biblioteca. En 1836 cambió su nombre por el de Biblioteca Nacional.
La fachada de la calle Serrano continúa albergando las colecciones del Museo Arqueológico Nacional. En la actualidad está cerrado sufriendo una profunda remodelación.
