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Casa de las Conchas Salamanca

La Casa de las Conchas fue edificada a finales del siglo XV, en un solar propiedad de la familia Arias Maldonado es un palacio de arquitectura civil hispanoflamenca

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La Casa de las Conchas salmantina es un espectacular conjunto, un buen ejemplo de la arquitectura civil en la capital salmantina. Es quizás el palacio más importante de la arquitectura civil hispanoflamenca. Fue edificado a finales del siglo XV, en un solar propiedad de la familia Arias Maldonado. Parece un monumento dedicado al amor conyugal, representado por la simbología heráldica de las familias de los Pimentel y de los Maldonado, que decoran la fachada. Según algunos autores, la ornamentación estaría sugerida por el amor que sentía Don Rodrigo Maldonado por su esposa Doña Juana Pimentel, aunque otros se refieren a la condición de don Rodrigo de caballero de Santiago como origen simbólico del ornato. El símbolo nobiliario de los Pimentel está inspirado en las veneras o conchas de cerámica que decoraban los paramentos del castillo de la familia en Benavente. Hay un número aproximado de 300 de estas conchas en la fachada de la Casa de las Conchas, dispuestas a tresbolillo, siguiendo una composición romboidal propia del estilo mudéjar. Tanto en la fachada como en el patio se combinan diferentes estilos arquitectónicos: gótico tardío, mudéjar y renacentista.

Don Rodrigo Maldonado de Talavera, perteneciente a la Orden de Santiago, catedrático de Derecho y Rector de la Universidad de Salamanca, y miembro del Consejo Real de Castilla, ordenó construir el palacete. Su hijo Rodrigo Arias y su nieto la reformaron. Este último, fue Pedro Maldonado Pimentel, líder comunero de Salamanca así como delegado de la ciudad en la Junta Santa de Ávila (1520). Hecho prisionero por el ejército imperial en la batalla de Villalar (23 de abril de 1521), fue decapitado en 1522 por rebelión contra la Corona. Consecuencia de este hecho luctuoso, Carlos I ordenó demoler una de las dos torres con que originalmente contaba el edificio, en señal de castigo a la familia.

La fachada principal fue reformada durante el siglo XVIII, lo que hizo perder al edificio el sabor medieval. Así mismo se reedificó la fachada de la calle la Rúa también a comienzos de la misma centuria, en 1701. Algunas de las ventanas están protegidas por delicadas rejas de aspecto gótico, trabajadas en frío por maestros salmantinos. La función de las rejas es doble, pues siendo de carácter ornamental,  además protegen la intimidad y seguridad de los moradores.

Dentro del palacio se conserva un bello patio constituido por dos plantas, con arcos mixtilíneos, modelo de edificios posteriores, decorados con los blasones de los Maldonado-Pimentel, y en donde se entremezclan sabiamente de nuevo el estilo gótico tardío, el mudéjar y el renacentista. En la parte superior del patio, los arcos, también en parte mixtilíneos, se apoyan sobre columnas de mármol blanco de Carrara con capitales floreados. Los balcones están decorados con motivos de panales y cestería de influencia mudéjar. La crestería del tejado está rematada por flores de lis acompañadas de gárgolas. De nuevo, los blasones de las dos familias, Maldonado y Pimentel, se repiten en los dos pisos del patio interior. La escalera del patio interior, que permite el acceso al piso superior, merece comentario aparte. La imagen de un perro, que preserva la intimidad del hogar, soporta el escudo de los Pimentel en su primer tramo. El segundo tramo se inicia con un león que sostiene el escudo de los Maldonado, y el tercero se abre con la unión heráldica de los Pimentel y los Maldonado.

Hay varias leyendas relacionadas con la Casa de las Conchas. Se dice que debajo de una de las conchas de su fachada se encuentra una onza de oro, costumbre extendida entre los constructores para atraer la buena suerte sobre el edificio.

Otra leyenda cuenta que la familia propietaria escondió sus joyas bajo una de las conchas de la fachada, señalando la cantidad escondida pero no la concha donde se ocultó. Todo aquél que desee iniciar la búsqueda del tesoro, deberá pagar antes esa misma cantidad como fianza. Si el osado logra encontrar el tesoro, se apropiará de éste y recuperará la fianza. Si no, perderá el dinero dejado en prenda.

Actualmente es la sede de una biblioteca pública.

Bibliografía, Créditos y menciones

Texto propiedad de Diego Salvador Conejo
Fotografías propiedad de Ignacio Ribate Molina.
http://losviajesdeignis.blogspot.com.es/

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