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Antonio Garay Vitorica fue uno de los muchos personajes adinerados que llegaron a Madrid a principios del siglo XX, de origen vasco, fue diputado a Cortes por la provincia de Cáceres, donde tenía grandes terrenos y fincas, entre 1916 y 1923. Estaba muy bien relacionado con la aristocracia, así como con el rey Alfonso XIII.
En el año 1914 eligió para vivir en Madrid una de las calles más elegantes de la ciudad, la calle Almagro, para construirse una casa-palacio, para ello encargó la construcción al arquitecto Manuel María Smith e Ibarra.
Conocida como la Casa Garay, la casa es un buen ejemplo de arquitectura regionalista y una de las más bonitas construidas a principios del siglo XX en la zona del ensanche madrileño, de estilo neo románico. Garay compró el solar en esquina, de grandes dimensiones para hacerse un palacete, casa de guardeses y viviendas para alquiler. A la muerte del empresario el palacio se vendió y fue pasando por diferentes manos: primero fue la sede de la embajada de Bélgica, y se utilizó como hospital de sangre, más tarde estuvo unos años abandonado a punto de ser demolido, librándose gracias a que lo adquirió el Colegio de Ingenieros de Caminos Canales y Puertos de Madrid, que se inauguró en 1979.
Del Palacio se mantienen íntegras las fachadas y cubiertas, pero se eliminó toda la decoración que tenía en su interior, con artesonados, maderas talladas, chimeneas de piedra labrada, etc., decoración inspirada en las casas señoriales del País Vasco.
Se construyó una moderna marquesina en la entrada al palacio para entrada de carruajes, por el patio y el jardín con columnas con capiteles de inspiración medieval en el zaguán, una amplia escalera curva de dos brazos conducía a los invitados al recibidor de la planta noble. En la puerta principal de entrada al palacio por la calle Almagro el arquitecto, Smith e Ibarra realiza en estilo ecléctico un gran ventanal con un parteluz donde apoyan dos pequeños arcos de medio punto de estilo plateresco, los fustes de las columnas laterales están decorados con forma de rombo y la columna central de palmetas. En la parte de abajo encontramos el gran escudo de los Garay, con los dragones, antorchas y roleas.
En la fachada de la planta baja tenemos como base algunas ventanas circulares, la de la primera primera planta del palacio las balaustradas son de piedra. Ya en la segunda planta nos encontramos con balcones y ventanas con barandillas de hierro muy decorativas. Si miramos al ático las ventanas están unidas entre sí por una franja de piedra blanca.
Cabe destacar un hermoso torreón, escudos primorosamente tallados y uno de los más impresionantes aleros de Madrid, el cual rodea la parte superior de todo el edificio incluido el singular torreón.
Luego tenemos la fachada de la calle Jenner, donde estaban el comedor y el salón de fumar de gran luminosidad. La entrada en torre chaflán en ángulo, muy característico de la arquitectura vasca, hace contraste con los muros de arenisca el blanco pulido de la piedra de Pretil de la parte de arriba con los típicos aleros de madera oscura que sobresalen. La parte más vistosa es el enlace de la torre chaflán con este cuerpo lateral de la calle Jenner, tiene también una gran terraza con un gran arco a la que se accedía desde el salón de fumar. También hoy en día se conserva sobre este cuerpo la gran veleta de hierro original.
El Palacio actualmente sede del Colegio de Ingenieros de Caminos de Madrid, en el nº 42 de la Calle Almagro del distrito de Chamberí tiene en su interior distintos departamentos propios del Colegio (administración, asesoría jurídica, biblioteca – librería y documentación, empleo, formación, informática…).