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La finca histórica del Castell del Remei, Catillo de Remei o Castell del Remey se remontan al año 1780, primer año del que se tiene constancia documental de plantación de viñedos en la finca. Está ubicada en el término municipal de Penelles, dentro de la comarca de la Noguera, provincia de Lleida, incluye entre otros edificios el castillo, con más de ochenta ventanas, la bodega, el molino de aceite, la harinera, la central eléctrica, dos lagos, el restaurante, el convento y el santuario del Remei. Sus vinos forman parte de la Denominación de Origen Costers del Segre.
El complejo fue fundado por Manuel Girona, cabeza de una de las grandes familias de la burguesía catalana del siglo XIX, Los Girona tenían devoción por la Virgen de los Remedios, por lo cual algunas de sus empresas recibieron este nombre, como es el caso de Castell del Remei.
En el Castell del Remei se hizo construir, además de su propio convento, el santuario del Remei con su peregrinación el segundo domingo de octubre coincidiendo con el día de la Virgen de los Remedios y el final de la vendimia. El santuario, consagrado en 1954, contiene pinturas de Josep Obiols, pintor de la sacristía de Montserrat, la basílica de la Mercè y el Ayuntamiento de Barcelona y un gozo a la Virgen de los Remedios, compasado por el maestro Millet, fundador del Orfeó Català, todo un lujo para el llano de Urgell.
Al tratarse de unas bodegas ya bicentenarias y al haber sido desde un principio concebidas para la elaboración de los mejores vinos, pueden considerarse como una muestra de las bodegas tipo châteaux más tradicionales y auténticas de España por su origen y su situación rodeada de viñedos.
Durante la Guerra Civil Española el castillo fue desvalijado, las bodegas vaciadas, la maquinaria desmontada, quedando las tierras prácticamente abandonadas. Además, las tropas nacionales, en su avance por la zona hacia Barcelona, instalaron un polvorín en el castillo que estalló destruyéndolo casi por completo.
Cuenta la leyenda
Que la dedicación a la Virgen del Remedio o del Remei se debe a que durante la Guerra de Independencia Ignacio Girona y Targa fue perseguido por las tropas francesas y se ocultó en la capilla de la Virgen del Remedio de Tarregá en Lérida, de donde era oriundo, cuando procedía de Barcelona. Los franceses pasaron de largo en esa ocasión y no le descubrieron, atribuyendo a la Virgen del Remedio dicha situación, motivo por el cual decidió ponerla como protectora de la familia y de sus negocios.