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Según la tradición, fue en la antigua iglesia de San Marcos donde Cayó la mula que transportaban los Corporales desde Valencia, por lo que ya debía existir este lugar en 1239, junto a ella se construyó un hospital de peregrinos, que en 1266 se convirtió en convento de los Padres Trinitarios los cuales reformaron todo el conjunto, construyendo más tarde otra iglesia. El convento guardó la reliquia hasta que fue trasladada a la iglesia colegial de Santa María, lugar en el que está en la actualidad.
La parte que queda actualmente del convento, se limita a la iglesia y muy poco más del antiguo conjunto conventual.
Las obras de construcción de la iglesia comenzaron a finales del siglo XIV y continuaron hasta 1537 aunque después siguieron haciendo reformas y añadidos durante el siglo XVII, como el muro exterior que hay junto a la portada, o las molduras y capiteles corintios que hay en el interior del templo.
La iglesia consta de una sencilla nave con capillas en los lados entre los contrafuertes. Cuenta con un ábside poligonal y un coro en la zona de los pies.
La mayoría de los retablos que adornan la iglesia son de época barroca. El altar mayor es del siglo XVIII y en la parte posterior se pueden observar todavía los restos de un retablo pintado al fresco. Destaca el retablo de la Virgen del Pilar, el primero del lado de la Epístola, que en su parte superior está reaprovechado de un retablo del siglo XVI de una magnífica factura.
La portada esta ricamente decorada, pertenece al periodo gótico flamígero y contrasta con la sobriedad del resto del edificio. Está protegida por un atrio cubierto por una bóveda estrellada, consta de un arco carpanel, sobre el que se sitúan varios arcos apuntados con decoración vegetal, en el centro se conserva el tímpano esculpido en piedra policromada de estilo gótico que consta de cinco partes y que contiene la representación del episodio de la mula y los Corporales. La espadaña sobre la portada es de la misma época con toda seguridad.
Después de la desamortización en 1837 y la marcha de los Padres Trinitarios, el convento lo ocupó la Congregación de Santa Ana convirtiéndose en colegio.
Hoy el edificio es la residencia municipal de ancianos.
