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La primera muralla de Barcino, se comenzó a construir en el siglo I a. C. Tenía pocas torres, sólo en los ángulos y en las puertas del perímetro amurallado. Las primeras incursiones de francos y alamanes a partir de los años 250 suscitaron la necesidad de reforzar las murallas. Bajo el mandato en el imperio, ya decadente, de Claudio II, Barcino inicia la construcción de mejores fortificaciones entre los años 270 y 300.
La nueva muralla o segunda muralla, que son los restos que podemos observar en la actualidad, se construyó sobre las bases de la primera, y estaba formada por un muro doble de dos metros, hasta 8 metros en algunos tramos, con espacio en medio relleno de piedra y mortero donde también se utilizó de relleno esculturas, inscripciones y otros elementos arquitectónicos, que en la actualidad nos sirven para documentar los primeros siglos de la ciudad. La muralla constaba de 81 torres de unos 18 metros de altura, la mayoría de base rectangular, diez con base semicircular, situadas en las portaladas. Estas puertas contaban con tres aperturas, una central, más ancha, para el tráfico rodado, y dos laterales, más pequeñas, para los peatones. Las torres estaban formadas por dos plantas y en el piso superior había ventanas de mediopunto con el fin de proteger la villa del exterior.
Sus torres motivaron que se conociera con el nombre de la ciudad coronada. Las obras de mejora fueron de las más importantes hechas durante el Bajo Imperio en la Tarraconense, y constituyen una de las causas por las que Barcino tomó relevancia al empezar a compararse con Tarraco.
Se conservan en bastante buen estado los sectores norte y este. En la plaza Nueva se conservan dos torres cilíndricas, que fueron aumentadas en el siglo XII, y que flanqueaban la Puerta Praetoria de la muralla romana, conocida por portal del Obispo en la Edad Media.
La muralla romana de Barcelona tiene casi 2000 años de historia. Se trata del monumento más grande de Barcelona más de 2/3 partes de la muralla permanecen aún ocultas tras el paso de los años.
Con el paso del tiempo, la ciudad medieval creció y pronto tuvo que salir fuera de las murallas perdiendo su funcionalidad, y poco a poco fue incorporada a los nuevos edificios que se construian en la ciudad. Siendo devorada por los mismos.
Para seguir el trazado de la muralla romana deberemos recorrer el siguiente itinerario:
- Plaça Nova
- Avinguda de la Catedral
- C/ Tapineria
- Plaça del Àngel
- C/ Sotstinent Navarro
- Plaça dels Traginers
- C/ Correu vell
- C/ Hostal del Sol
- C/ Regomir
- C/ Gignàs
- C/ Avinyó
- C/ Banys nous
- C/ de la Palla
En la actualidad se van liberando las murallas de las construcciones que le fueron adosadas a lo largo de la historia.
La eliminación de los edificios también permitirá completar el hotel de lujo que construye Rafael Moneo para la promotora Lakitània. Cuando se aprobaron las obras en 2008 se puso como condición que sería respetando todos los elementos de interés que había en el edificio, como una galería gótica en el piso superior, un gran patio con columnas del siglo XVII y, sobre todo, la muralla a la que se adosaba y una de sus torres, que conserva, además, la única puerta de acceso al paso de ronda y está decorada con pinturas medievales.
La muralla es Bien Cultural de Interés Nacional.