- Actividades
- Periodo Histórico
- Comunidades
Atravesar Aldea del Fresno (Madrid) hasta encontrar la carretera dirección Chapinería. Antes de salvar el río Alberche, a la derecha, en un parquecillo encontramos un estanque, una fuente y los restos de ladrillo de una noria. Aldea del Fresno se encuentra recorrida de norte a sur por el río Alberche, el cual recibe al río Perales en las proximidades del casco urbano.
Descripción
Parece que no hay restos anteriores al siglo XII en Aldea del Fresno, lo cual no concuerda con las ruinas supuestamente hispanomusulmanes presentes en los alrededores, y de los que la noria no sería más que un ejemplo.
En todo caso, los restos de la noria son de los más antiguos encontrados en Aldea del Fresno, que algunos autores identifican como de fecha anterior al siglo XII, y cuyas ruinas se levantan al pie de la Iglesia, junto al río Perales. La noria se levantaba sobre un gran zócalo de mampostería irregular del que arrancaba otro cuerpo del mismo material reforzado en sus esquinas con ladrillo visto.
La palabra “aldea” procede del árabe con el significado de “finca rústica”, de forma que el nombre de la localidad quiere decir “finca rústica rodeada de fresnedas”. Lo que sí parece cierto es que lugar quedó destruido y de la ocupación musulmana sólo quedaron estos vestigios. Pero posteriormente fue repoblado por pastores cristianos que se dedicaban a la trashumancia y que construyeron sus cabañas en la zona. Formó parte del sexmo de Casarrubios. Aldea del Fresno une su historia al río Alberche (al-birka en árabe, cuyo significado es “estanque”).
Las Norias
Las norias son máquinas hidráulicas que extraen agua de un cauce fluvial. Básicamente consiste en una gran rueda con ruedas transversales parcialmente sumergida en un curso de agua, el cual, gracias a las ruedas, imprime a la rueda un movimiento continuo. Las dos ruedas de madera se disponen en un engranaje de tal manera que al accionar el conjunto permiten elevar agua hasta la superficie por medio de unos recipientes conocidos como cangilones.
Posiblemente originarias de Oriente, llegaron a la península Ibérica de la mano de los conquistadores musulmanes, pero El primer escrito que alude a un mecanismo similar se encuentra entre los inventos del genial siracusano Arquímedes, que vivió durante el siglo III a. C. y que debió pensar en él al formular su conocido principio sobre los cuerpos flotantes. Posteriormente, los romanos las utilizaron con la idea de extraer el agua de las profundidades de las minas, pero los árabes las perfeccionaron, para que, con pequeños caudales de agua pudieran mover la rueda. Se utiliza para el regadío. Un ejemplo de estas construcciones parece ser la noria árabe de Aldea del Fresno.
A partir del siglo X proliferan por toda la geografía de al-Andalus las norias accionadas por energía hidráulica. El término “noria” llega hasta el idioma castellano procedente del vocablo árabe na‘úra – literalmente, “la que llora”- en referencia onomatopéyica al sonido que hace el agua al resbalar por la noria incesantemente. Se destinaban a la elevación de agua, al manejo de molinos para la industria textil y la fabricación del papel.