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Sarcófago de Doña Sancha

Sarcófago de Doña Sancha está considerado una de las mejores muestras del arte funerario románico en Europa, pudo ser encargado por Pedro I a principios del Siglo XII

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El sarcófago de Doña Sancha en cuyo interior reposan los restos de las tres hermanas  Sancha, Teresa y Urraca se encuentra en el Real Monasterio de las Benedictinas, Las Benitas, de Jaca.

La infanta Doña Sancha nació en el año 1045 fruto del matrimonio del rey Ramiro I de Aragón con la hija de los condes de Bigorra, la reina Ermisenda. De esta unión nació también el futuro rey Sancho Ramírez, el obispo de Jaca García, la condesa Teresa y según algunas crónicas la infanta Urraca.

A muy temprana edad la infanta doña Sancha fue entregada en matrimonio al conde Ermengol III de Urgel con el fin de asegurar la expansión aragonesa en la frontera oriental del reino, frente a las ambiciones de los condados catalanes. En 1065 tras enviudar sin descendencia doña Sancha regreso a Aragón, desempeñando un papel fundamental durante el reinado de su hermano Sancho Ramírez, al que ayudo en la educación de sus hijos, futuros reyes de Aragón.

En la década de 1070 doña Sancha se retiro al monasterio benedictino de Santa Cruz de los Seros, provocando el mayor esplendor del monasterio, donde ya residían sus hermanas doña Urraca y Teresa. Durante esta época el rey la puso al frente del obispado de Jaca y Pamplona, nombrándola tenente de los monasterios de San Urbez, Atares, Santa Cruz de la Serós o San Pedro de Siresa donde educo al infante Alfonso, que sería conocido como Alfonso I el Batallador. Tras el fallecimiento de Sancho Ramírez, doña Sancha siguió ocupando un importante papel político junto a su sobrino el rey Pedro I, hasta su muerte en 1097.

Sarcófago

Su cuerpo fue enterrado en la iglesia de Santa María de Santa Cruz de la Serós en un magnifico sepulcro románico que pudo ser encargado por Pedro I a principios del siglo XII como homenaje póstumo.

Esta pieza considerada una de las mejores muestras del arte funerario románico en Europa, cuenta con una cuidada decoración, que pueden interpretarse como una alegoría de las múltiples facetas de la vida de la condesa.

El sarcófago fue labrado por el denominado maestro de doña Sancha a excepción de la cara posterior que fue realizad por otro taller. Las diferencias estilísticas entre ambos trabajos son evidentes, apreciándose grandes diferencias en los tamaños de las figuras, los estilos de peinado, los rostros o en los tratamientos de los pliegues de las vestimentas.

La cara frontal del sarcófago se encuentra dividida en tres  escenas de izquierda a derecha Doña Sancha revestida de pontifical, entre otras dos religiosas, en la central  dos ángeles elevan el alma de la difunta en el interior de una aureola y la última Doña Sancha entre sus dos hermanas Urraca y Teresa.

En el lado izquierdo del sarcófago dos grifos con los lomos adosados y las cabezas vueltas al interior, en el opuesto un crismón trinitario.

La cara posterior, que originalmente debió de ser no vista y por lo tanto no tallada, fue realizada con posterioridad por otro taller,  se encuentra dividido en tres escenas en las que siguió el planteamiento general y realizó tres escenas: en dos se observa a dos caballeros en lucha  y en la última un tercer caballero en lucha con un animal. 

Bibliografía, Créditos y menciones

Fotografías propiedad de Maribel Nogueiras

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