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Estratégica Atalaya en el valle del Isábena, Calvera escribe su historia en el corazón del condado de la Ribagorza, este lugar ganado al bosque y fortificado, aparece documentado en el año 916, cuando el conde Bernardo de Ribagorza y su esposa Toda, compraron una viña que más tarde legarían a Santa Maria de Obarra, sucesivas donaciones vincularon fuertemente a Calvera y la comunidad monacal surgida a sus pies.
Del castillo de Calvera original del s. XI, hoy queda solo Casa Castell edificio en ruinas del que sobresale la torre entre el actual caserío, originalmente situado por encima de la fortaleza, teniendo así el flanco sur (más vulnerable) protegido.
Calvera se encontraba a medio camino entre el castillo de Ripacurza y los pasos montañosos que conducían a Bonansa y Pont de Suert.
El castillo fue morada de la familia condal Ribagorzana y estaba ubicada en las peñas que cierran el valle sobre el monasterio de Obarra en dirección al puerto de Las Aras.
En torno a este castillo creció de forma concéntrica la pequeña población de Calvera. En la actualidad todavía se conoce a este inmueble con la denominación de Casa Castell. Posiblemente con el paso del tiempo, el antiguo castillo se fue habilitando para vivienda, con diferentes propietarios civiles, con lo cual se le añadió el término de "casa" por su función de domicilio o residencia particular, en una zona donde cada vivienda cuenta con una denominación diferenciada, bien por oficios, apodos, o sobrenombres, o aludiendo a su localización y toponomia, como en este caso.
Aunque el origen del castillo se remonta al siglo XI, la torre de la denominada casa Castell, presenta una arquitectura militar posterior, posiblemente del siglo XV-XVI, fruto de reconstrucciones del antiguo castillo. El acceso al caserón y a la torre se realiza por una rampa que asciende hasta la desaparecida puerta de entrada, bajo la rampa se conserva un subterráneo abovedado destinado a bodegas y caballerizas. La rampa mencionada da paso a la ruinas de la antigua casa donde subsisten parte de su estructura externa de muros de mampostería, Esta superficie es de planta irregular, donde con el paso de los siglos se fueron levantando distintos edificios, como corrales y viviendas. En los muros externos del paramento norte se observan dos saeteras, una visible y la otra situada entre las ruinas de una estancia.
En un extremo se alza la torre, visible desde varios kilómetros de distancia desde la carretera de acceso a la localidad, cuya volumetría destaca del resto del caserío con más empaque y robustez que la torre de la iglesia parroquial.
La torre del castillo es de planta rectangular y cuenta con tres pisos de altura, que le confieren una envergadura de alrededor de diez metros. Es de obra de mampostería y sillarejo y mide entorno a seis por siete metros de lados exteriores, con unos paramentos de casi un metro de grosor, dejando en el interior un espacio útil muy reducido.
La planta baja de la torre está cubierta por una bóveda de cañón y no cuenta con ningún vano de iluminación, se accede a la misma a través de una puerta adintelada por la que se llega desde las ruinas de la antigua vivienda adosada a la torre.
Esta planta cuenta con una apertura cenital cuadrada, rellena de lajas, lo cual indica que la planta baja de la torre podía ser ciega y que la puerta actual fue de apertura posterior, como acceso desde la vivienda. En el primer piso se abre una ventana de asiento orientada al oeste. Sobre ella se levanta el segundo piso apoyado en un forjado de madera y donde se abre una ventana al sur, Se desconoce cómo pudo ser su remate aunque en fotografías antiguas se observaban vanos adintelados reforzados con sillar en alguno de sus paramentos y cubierta por un alero posiblemente de madera, En la actualidad se han cegado dichas ventanas y el remate se presenta con tejado a cuatro aguas.
Exteriormente sus muros se presentan enfoscados y enlucidos, aunque esta obra se realizó hace algunas décadas. En el paramento inmediato a la torre por su lado norte, correspondiente a un muro de la mansión se observan las dos aspilleras de dintel escalonado y alfeizar derramado al interior.
La torre del Castillo de Calvera o Casa del Castell formó parte de una vivienda hasta la década de 1970 y en la actualidad está es estado ruinoso, aunque la localidad se encuentra inmersa en proceso de restauración.
