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En lo alto del cerro, a 900 m. de altitud, se levanta el castillo de Castrojeriz. Su forma es muy irregular, debido tanto a las sucesivas ampliaciones sufridas como a su adaptación a la condición escarpada del terreno. Un gran foso aísla el castillo de la meseta. Paralelamente corría una barbacana de la que apenas quedan restos, que al norte terminaba en un cubo aún bien conservado.
El patio de armas, la obra más irregular del castillo, se encuentra a un nivel algo inferior al resto de la fortaleza, ya que los muros se asientan directamente sobre la roca. El ingreso se halla en el lienzo sur y está semiarruinado. Su extremo norte ha desaparecido.
El cuerpo más importante de la fortaleza se halla un tanto desplazado al oeste y se compone de tres partes. La del sur se halla muy destruida. La del centro, con dos saeteras mirando a la barbacana, comunica con el patio de armas por una pequeña puerta ojival, junto a la cual arranca una estrecha escalera en forma de husillo iluminada por abundantes saeteras. Las cubiertas se hallan completamente arruinadas, aunque aún se pueden observar los arranques de las bóvedas. Esta parte central debió ser la torre del homenaje. La parte del oeste consistió en un torreón al que se accedía desde el cuerpo anterior. En la esquina posee un gran cubo como complemento defensivo. El lienzo que cierra estos tres cuerpos tiene un grosor de casi tres metros para reducir su debilidad.
Los materiales son de diversa calidad, formas y dimensiones, yendo desde potentes sillares hasta menuda mampostería mezclada con cal y barro.
En cuanto a la fecha de construcción, la fortaleza, excepto el torreón de época anterior, parece que fue realizada en los siglos XIV y XV. Aunque se sabe que en el 882 Munio Núñez restauró la fortaleza, los restos que aún se conservan datan de los siglos anteriormente mencionados.
El castillo jugó un importante papel en la Edad Media durante las luchas civiles entre Alfonso el Batallador y doña Urraca. Posteriormente estuvo en manos de los Lara y los Castro, que convirtieron la fortaleza en el enclave básico de su influencia y control político. Hay que recordar que en él estuvo encarcelada Leonor de Castilla, reina de Aragón, que sería asesinada por su sobrino Pedro I de Castilla en 1358. Finalmente acabaría en las manos de los condes de Castrojeriz.
En la actualidad, sólo quedan las ruinas del mismo.