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Monasterio de San Pedro de las Puellas

El Monasterio de San Pedro de las Puellas, Sant Pere de les Puelles, en Barcelona, fue fundado en el siglo X por el conde Sunyer y la condesa Riquilda.

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El Monasterio de San Pedro de las Puellas, Sant Pere de les Puelles, en catalán,  está situado en la ciudad de Barcelona, concretamente en la plaza de Sant Pere, muy cerca del Arco del Triunfo.

Se trata de un antiguo monasterio femenino benedictino, fundado en el siglo X por el conde Sunyer y la condesa Riquilda.

La primera documentación que se conserva es el acta de consagración de su iglesia, el 16 de junio del 945 realizada por el obispo de Barcelona Guilarà, a petición del conde Suner, de su esposa la condesa Riquilda y la abadesa Adelaida, viuda de Sunifredo de Urgel.

Próspero de Bofarull cuestionó primero la construcción pretendida del siglo IX y la limitó en el atrio de San Sadurní. Una construcción religiosa dedicada a Sant Sadurní y un cementerio propio existió antes de la construcción del monasterio.

Durante las obras de reedificación del edificio monástico, se encontró una piedra adornada con una cruz, estaba cerca de una lápida en la que se leía "OBIIT ERA DCCCCXXVIIII" Por eso se cree que en 891, en el sitio en que se construiría el monasterio, se hacían enterramientos que podrían tener relación con el atrio o con la antigua iglesia de San Sadurni.

En el año 985 el monasterio sufrió un brutal ataque por parte de las tropas de Almanzor. Las religiosas fueron asesinadas o vendidas como esclavas y el monasterio sufrió muchos daños. El conde Borrell II fue el encargado de restaurarlo y la nueva abadesa fue Adalet, que era pariente del conde.

En el año 1147 se consagró una nueva iglesia, que englobaba la del monasterio con la antigua iglesia dedicada a San Sadurní.

En 1835 la comunidad sufre la exclaustración y el monasterio se convirtió en una prisión.

En 1879 las religiosas se trasladan a un nuevo emplazamiento en el barrio de Sarriá-Sant Gervasi en el que todavía se encuentran.

En 1873 se desmontó el claustro y alguna otra dependencia, en 1909 el monasterio sufre un gran incendio en el que queda casi totalmente destruido, pero tras el cual se reconstruye.

En 1939 durante la Guerra Civil Española, el monasterio vuelve a sufrir otro gran incendio.

En la actualidad del monasterio solo queda la iglesia de San Pedro.

La iglesia en su forma original era un edificio de planta de cruz griega formada por cuatro cuerpos rectangulares iguales que convergían en un espacio central, de planta cuadrada. Este espacio estaba definido por cuatro grandes arcos, ligeramente peraltados, soportados por columnas monolíticas exentas y cubierto con cúpula, de base octogonal, sobre trompas, mientras que los brazos de la cruz estaban cubiertos por bóvedas de cañón, de perfil semicircular.

En el lado nordeste de la iglesia se situó un cuerpo de edificio, de planta cuadrada, encajado entre los brazos norte y este de la cruz que forman las naves, cubierto con bóveda de arista, que arranca de cuatro impostas esculpidas que Puig i Cadafalch ya consideró que podrían corresponder, con toda probabilidad, en el atrio de la iglesia de Sant Sadurní, que había precedido la construcción de la iglesia de San Pedro.

La iglesia de San Pedro se sitúa en el contexto de la arquitectura catalana de la de finales del siglo X y principios del siglo XI, en la órbita de una tradición postcarolíngia.

En el interior del templo de San Pedro se conservan empotrados en cada lado del portal de entrada a la capilla del Santísimo dos relieves con una cruz, de los brazos de cada una de las cuales cuelgan letras del crismón, alfa y omega, en una de ellas con el orden invertido. Ambos relieves se encontraban reaprovechados en el campanario del siglo XII, conocido por la torre del Pájaros, de donde fueron recuperados al ser derribado por las obras de remodelación. Las piezas son de difícil datación cronológica, si bien hay que atribuirlas a época visigótica o prerrománica.

Cuenta la leyenda que siempre que el Conde de Barcelona tenía que marchar fuera de la ciudad, el Señor de Bell-lloc quedaba al frente del gobierno. En una de estas ocasiones vino a Barcelona un enviado del Papa para comprar unos caballos, pero los tratos no llegaron a término y se peleó con el gobernador. Éste, lo mató y al darse cuenta del crimen que había cometido, huyó y se refugió en una cueva cerca del mar. Allí estuvo escondido durante años. Un buen día aparecieron un par de peregrinos en una barca. Aquellos peregrinos no eren otros que San Pedro y San Pablo, que fueron enviados por el Papa para comunicarle su perdón. A cambio tendría que cumplir con una penitencia: construir dos monasterios, uno a cada extremo de la ciudad y así fue que se edificaron el monasterio de San Pedro de las Puelles y el de San Pablo del Campo.

El Monasterio de San Pedro de las Puellas fue declarado Bien de Interés Cultural el 3 de junio de 1931.

Bibliografía, Créditos y menciones

Texto y fotografías propiedad de M. Carmen Diez Carrera.

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