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La iglesia tiene planta de cruz latina, cuenta con presbiterio atrofiado y ábside semicircular peraltado. La nave única consta de cinco tramos, de los cuales el más cercano al presbiterio está flanqueado por dos estancias laterales, formando un falso crucero. La nave se cubre con bóveda de medio cañón al igual que las estancias laterales, mientras que el ábside lo hace mediante bóveda de horno. Fue la única iglesia del Gállego que se cubrió con bóveda de piedra. Destaca sobremanera su esbelta torre, de planta cuadrada e influenciada en su construcción por los minaretes árabes. La puerta principal se abre en la fachada sur; es especialmente sencilla, abre en arco de medio punto peraltado que tiene un cierto aspecto de herradura.
San Pedro de Lárrede es un emblema para la comarca, al ser el exponente más refinado de un conjunto de iglesias típicas del margen izquierdo del Alto Gállego, al que se ha dado en llamar círculo o estilo larredense por tal motivo.
Fue realizada por el mismo constructor que erigió Satué; y de él aprendieron otros, tratando de replicar su obra en Busa y Susín; pero con peor realización.
La características común de estas iglesias es que fueron construidas por cristianos bajo dominio musulmán, en la segunda mitad del siglo X, o por sus continuadores, una vez reconquistado el territorio por los reyes de Pamplona, o cuando ya pasó a formar parte del primitivo reino de Aragón, a finales del siglo X y comienzos del XI. Con su innegable influencia. La parroquial de Lárrede sería de las primeras en construirse.
Se trata por lo general de edificios que poseen varios rasgos comunes debido a la convivencia de las culturas mozárabe e hispana.
El templo fue declarado Monumento Nacional en el año 1931 y restaurado en el año 1933; así como en la década de los 60.