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El templo es de una sola nave acabada en un ábside semicircular. Su cabecera es otra de las típicas del románico del Gállego, está formada por siete arcos ciegos que se apoyan en lesenas. Sobre ellos hay un friso de baquetones verticales enmarcado entre molduras. La nave corresponde al románico difundido desde Jaca a finales del siglo XI y se cubre con tejado de madera a dos aguas. En la fachada meridional enfrente del pequeño cementerio, hay restos de ajedrezado jaqués, junto a la portada, que es posterior.
La torre es de época más tardía. Durante la baja edad mediana se construyó de planta cuadrada en el muro sur y se modificó en época barroca. En este mismo muro se abre la puerta de acceso, se trata de una sencilla puerta de medio punto. También en este muro sur podemos encontrar dos ventanas de medio punto. Originariamente eran tres, pero la más próxima a la cabecera quedó oculta por la construcción de la torre.
Este trabajo recuerda al de Santa María de Gavín y tal vez se deba al mismo maestro que habría aplicado lo aprendido en Lárrede y Satué. Según las tesis mozarabiscas, esta obra dataría de principios del siglo XI.
Durante la Guerra Civil Española se perdió la bóveda de cuarto de esfera que lo cubría y el arco del estrecho presbiterio.
Las iglesias del Serrablo están declaradas Monumentos Históricos Artísticos y por lo tanto son Bienes de Interés Culturales. La primera iglesia en alcanzar esta consideración fue la de Lárrede en 1931. En noviembre de 1982 fueron incoadas todas las demás.
Se encuentra dentro de la ruta de las iglesias de Serrablo.