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La Iglesia de San Fructuoso está ubicada en Colmenares de Ojeda provincia de Palencia es una construcción del siglo XVI. Se trata de uno de los más destacados templos góticos de la provincia.
El edificio presenta dos fases constructivas, una de estilo ojival del siglo XIV, en la que se respetaron elementos románicos de la iglesia anterior y una ampliación datada en el siglo XVI, con influjos renacentistas. Construida enteramente en piedra de sillería, consta de dos naves con bóvedas de crucería de diferentes diseños, cabecera plana, gran pórtico monumental, coro alto a los pies y torre cuadrada sencilla.
En el interior, destacan el retablo mayor barroco con una escultura representando al Salvador Niño siglo XVIII, el coro de filigrana gótica siglos XV-XVI, un púlpito con extraña decoración de calavera, de posible simbolismo masónico siglo XVIII.
Se conserva asimismo la valiosa cruz procesional, de plata, siglo XVI, con decoración de tondos y racimos de frutas y querubines. Es uno de los mejores ejemplares de la platería palentina renacentista.
Destaca en el templo su pila bautismal románica datada en el siglo XII. Es sin duda, la joya artística del pueblo y una de las más espectaculares de la provincia. Tiene unas dimensiones de 90 cm. de altura x 130 cm. de diámetro aproximadamente. Se trata del principal resto que queda de la antigua iglesia románica, que fue sustituida por el edificio que existe actualmente. En su superficie se desarrolla un programa iconográfico a lo largo de tres escenas sin separación formal entre ellas. Excelente ejemplo de escultura medieval, es uno de los mejores ejemplares de su estilo en España. Se trata de una pila de piedra, historiada, representando la Resurrección de Cristo y una ceremonia bautismal, junto a otras escenas de interpretación más dudosa. Las figuras siguen los cánones románicos, pero con rasgos singulares, como la individualización de los personajes, incluso se representa la tonsura de los clérigos, o la sugerencia de la vida cotidiana, visible, en el padre llevando a su hijo al bautizo.
En la escena del bautismo congrega a nueve personajes. Seis adultos y tres niños. El celebrante bendice con la diestra mientras que con la izquierda apoya un libro sobre la cabeza del bautizando, probablemente los Evangelios, al tiempo que dos personas sumergen al niño hasta el cuello en la pila bautismal labrada en la copa de la pila bautismal.
En el lado opuesto a la escena de bautismo, se labró el episodio de la visita de las santas mujeres al sepulcro vacío de Cristo. Un ángel levanta la tapa mostrando su vacuidad y otro, turiferario, a nuestra derecha inciensa la escena. Tres mujeres a la izquierda de la escena, con curioso tocado como de trencilla, plano en su parte superior se aproximan con tarros de ungüentos al sepulcro custodiado por soldados de muy diversos tamaños y posturas cubiertos de cota de malla.
Hay otro grupo de personajes a caballo entre las dos escenas descritas, con diferentes teorías sobre su interpretación. Se trata de dos personajes que se abrazan y un tercero a nuestra derecha que coloca la mano sobre el hombro del central. Podría tratarse de una representación de la resurrección de Lázaro o también que sean personajes asistentes al bautismo descrito en primer lugar.
Todos estos elementos son del todo extraños al Románico. Sin embargo, otros detalles se inscriben en la tradición canónica de este estilo, figuras monstruosas conviviendo con humanos, simbologías complejas, grifos, máscaras, figuras luchando, abstracción, rígida ley de adaptación al marco. Se puede fechar la pila en los años finales del siglo XII, por su similitud de estilo con los capiteles de la abadía de Lebanza, conservados hoy en Estados Unidos, de cuyo taller debió salir.
El templo también conserva dos capiteles románicos. Un retablo barroco y una serie de imágenes de los siglos XVI, XVII y XVIII así como el antepecho calado del coro y un sepulcro medieval y un púlpito con extraña decoración de calavera, de posible simbolismo masónico del siglo XVIII. Existen numerosas marcas de cantero en el interior y en el exterior.
La construcción del edificio con dos de las bóvedas son de crucería simple octopartita, mientras que el resto de la iglesia se cubre con bóvedas de terceletes, más complejas y decoradas, nos indica que las obras debieron avanzar con lentitud, o quizá el proyecto original sufrió variaciones a lo largo de su desarrollo.
En el arco de acceso a la sacristía podemos ver la siguiente inscripción "Esta sacristía fizo el benerable Francisco de Colmenares, canónigo de León, cura desta iglesia, fizose en el año de mil DXVII". En clara alusión a uno de los benefactores del templo. También podemos ver otra en la capilla mayor que dice "El arcipreste de Saldaña Pedro Morante de Colmenares mandó la pagar de su dinero, e fízola facer el señor Juan (...) su hermano, alcayde de Vellavista, fízose en el año de nobenta e cinco años, y el fallesyo en el año de nobenta e quatro años, y los maestros que la ficieron Juan Lasura y Juan de Bustamante". En el templo se pueden ver abundantes timbres heráldicos que son la constancia de quienes patrocinaron la construcción.
La portada del templo observamos capiteles con rostros humanos de cuyas bocas salen largos sarmientos. En sus jambas unos lobos atacan a un jabalí. Esta entrada protegida con un esbelto pórtico, abiertos con arcos a todos los aires y techada por una bóveda de crucería con terceletes y tracería, decoraciones arquitectónicas formadas por figuras geométricas, de estilo flamígero.
En los siglos XIX y XX, la iglesia sufrió graves pérdidas, se vendieron o desaparecieron imágenes, incluso retablos enteros, como el de Nuestra Señora del Rosario. También se realizaron obras de restauración y mantenimiento.
Durante la VII edición de Las Edades del Hombre denominada Memorias y esplendores en el año 1999, la pila bautismal fue llevada a la catedral de Palencia y finalizada la exposición, recolocada en la iglesia.
En el año 2013 se realizan obras en el exterior del templo, con el fin de solucionar sus problemas con las humedades, debidas a las inclemencias meteorológicas, realizando obras de drenaje de las aguas acumuladas en el exterior del templo y posteriormente hormigonado de la zona y adoquinado de la acera